Tuesday, September 19, 2006

Chicago (I)

Estoy sentada en la sala común del hostal de Chicago.

Me encanta oir de fondo algo que pueden ser los “White Stripes” o cualquier otro grupo con suficiente batería y guitarra eléctrica como para subirme el ánimo.


Ya es de noche y desistí de conectarme a la red... No se como funciona y la verdad tampoco quiero averiguarlo.. ya se que no hay que dejar para mañana lo que se puede hacer hoy, pero el ambiente está tan agradable que por lo pronto no quiero pensar en la programación del congreso, o en el correo de la Universidad.


Por la tarde, de camino al Planetario, la ciudad se manifestó en tantos aspectos, que parecen varias en una sóla.


Viniendo del aeropuerto: los rascacielos. El perfil de la ciudad envuelto en nubes, que sobresale desde lo lejos. Y la verdad me sorprendieron dos cosas: el calor y la humedad.


(paréntesis: Ahora está sonando Bob Marley – Buffalo soldier)


Y entonces, el tren entra a lo que es una ciudad grande: mendigos a la salida de la estación, la gente caminando sin mirar alrededor, y un par de intenos fallidos de preguntar la dirección empezando con un “Excuse, me, could you...” bruscamente interrumpido por un “NO” muy a la defensiva. Hasta que después de ir y venir un par de veces encontré la ruta. Yo sabía que tenía que caminar una cuadra al sur.. el problema era encontrar el sur! (Me voy a comprar una brújula. En serio.)


Luego, una vez ya en el hostal.. lo que uno esperaría de “Chicago”. Grandes edificios de piedra de principios de siglo. Un ambiente como brumoso. Y sirenas de policía. Como me dijo mi papá, sólo me faltan la gabardina y el sombrero!


Ahora bien, de camino hacia el Planetario, entré a la parte turística: parques con estatuas, dos señoras de edad muy comedidas en explicarme cómo llegar al Planetario, espacios amplios diseñados para los peatones, todo muy “de mostrar”. Pero reitero: ese calor húmedo realmente me tomó de sorpresa: era como estar en Melgar, pero rodeada de edificios. Y las cosas empeoraron cuando empezó a llover (paradójicamente cuando salí de Seattle, estaba haciendo sol); se volvió un calor MUY humedo.. aunque no duró mayor cosa: como bien leí al rato en una guía turística... “No le gusta el clima de Chicago? No se preocupe que en un rato cambia” y efectivamente.


Ver el gran lago aparecer al final de la calle, fue para mi la misma sensación de ver aparecer el mar en un viaje a la costa: emocionante.Y luego, ver la línea de rascacielos desde una saliente en el lago. Es una pura imagen de postal.

No comments: