La idea inicial era volar en Twin Otter desde Inuvik hasta Sachs Harbor y desde allí tomar un helicóptero hasta el barco. Sin embargo, los pilotos de helicóptero decidieron hacer cambio de tripulación, lo que dificultaba tomar un solo vuelo ya que el Twin Otter tiene una capacidad muy limitada de peso y sumar tres pasajeros era imposible a menos que se redujera el equipaje. Y por supuesto, nadie quería dejar atrás su equipaje.
Finalmente, se decidió hacer dos vuelos de Twin Otter... aprovechando el segundo para traer en el espacio libre comida fresca para el barco: frutas y verduras frescas son un lujo que un barco navegando en el Ártico pocas veces se puede permitir. Hay que decir, sin embargo, que tal decisión arruinó el plan que Eric (mi compañero de laboratorio) nos había recomendado poner en práctica: llenar cualquier espacio libre de nuestras maletas con fruta fresca y luego subastarla en el barco a cambio de unas bebidas en el bar.
A las 10 de la mañana llegamos al aeropuerto, donde los pilotos del Twin Otter pesaron cuidadosamente el equipaje y nos indicaron la vía hacia el lugar de la pista donde el pequeño avión de hélice estaba listo para salir.
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