Uno.
Hace más o menos dos meses me dió un resfriado.
Pasaron los días y aunque yo me sentía mal, ni mis amigos, ni mis jefes, ni yo, nos preocupamos. Era un resfriado.
Hasta que un día me levanté casi sin poder respirar y decidí ir al servicio médico. Y allí le cambiaron el nombre: neumonía leve. De inmediato, mis amigos, mis jefes y yo, nos preocupamos. Y al día siguiente no fui a trabajar (a pesar de sentirme ya mejor).
Dos.
En un libro llamado "Este frío cielo", Gretel Ehrlich cuenta cómo en el siglo XVIII el rey de Dinamarca, en un intento por agrietar la cultura de los nativos de Groenlandia, patrocinó a un sacerdote noruego de nombre Egede para que predicara el Cristianismo. Una de las principales estrategias del sacerdote consistió en transformar la palabra "toorianaarsuk" (espíritu) en un juramento: "condenado". Según Gretel, los descendientes de este pueblo dicen que tal acción no tuvo sentido, pues los Groenlandeces, para demostrar su desapruebo, no sueltan juramentos. Callan.
Tres.
Eduardo Galeano visitó Seattle para hablar de su último libro, titulado "Espejos". Al principio me parecía todo como irreal, un poco como si lo estuviera viendo en televisión o en la pantalla del computador. De repente, Galeano empezó a leer en Español los fragmentos de su libro. Ahí se me salió una lágrima: finalmente, estaba oyendo hablar a Eduardo Galeano.
Coda.
Gracias a los que me hacen escribir. A los que me lo dicen. A los que me leen. También a los que son invisibles.
Saturday, June 27, 2009
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